martes, 9 de abril de 2013

METEOROLOGÍA ANIMAL


Hace muchos años, en un pueblecito de Huesca, me enseñaron a predecir un día de lluvia de la siguiente manera: “Cuando veas merodeando a un petirrojo cerca de algún lugar poblado, por pequeño que sea, prepara el paraguas para el día siguiente”.

Estos días primaverales, en los que la lluvia ha estado cada dos por tres con nosotros, he tenido muy cerca de casa a este simpático pájaro que en días despejados sólo observo en el bosque.Sigo  intentando averiguar la base científica, lógica de esta relación entre su presencia y la lluvia porque, aunque ahora la desconozco he comprobado, experimentándola a lo largo de estos años, que existe.

El conocimiento tradicional  o sabiduría popular ha adjudicado a los animales propiedades predictivas en lo que al tiempo meteorológico se refiere. Muchos son los que niegan estos comportamientos basados en observaciones y no en estudios científicos; pero lo cierto es que muchos de esos comportamientos tienen una base lógica que bajo ciertas circunstancias hacen que el pronóstico sea bastante exacto y válido.



Seguramente muchos habréis oído que el vuelo rasante de la golondrina anuncia lluvias. La explicación que se da a este comportamiento es la diferencia de presión atmosférica; algo que si debe atribuirse a patos, gansos, cigüeñas y hasta buitres, pero no a las golondrinas, o no totalmente, ya que lo que influye en estas últimas es el comportamiento de los mosquitos, ya que se ha observado que cuando se aproxima el mal tiempo, evitan las capas altas de la atmósfera en donde los vientos podrían abatirlos y con el buen tiempo se elevan a mayor altura donde tienen más probabilidad de encontrar pareja con la que aparearse. De lo anterior se deduce, que cuando las golondrinas vuelan alto, y está muy nublado, sabemos que no señalan agua, la razón es que los mosquitos han subido a esa altura para aparearse) por que las corrientes de aire son suaves. Y las golondrinas aprovechan la ocasión para darse un banquete.

Por lo tanto, cuando las golondrinas vuelan bajo, y es un día soleado, los mosquitos están a ras de suelo, porque en altura hace viento, y el hecho de eso de que las golondrinas vuelen muy bajo se ha comprobado que señalan agua.

Es conocido y aceptado que algunos animales poseen una sensibilidad especial a los cambios de presión. Las ranas, por ejemplo, fueron utilizadas durante años como “barómetros” y así, cuando las ranas croaban más a menudo se lo consideraba una señal de lluvia.


Si es verdad que algunas de las cualidades predictivas de los animales pueden ponerse en duda, como por ejemplo la creencia de que cuando la ardilla almacena muchas nueces hay que esperar un invierno duro, ya que en realidad almacenan tanto como pueden. 



Podríamos poner miles de ejemplos en los que la Naturaleza parece indicarnos los cambios meteorológicos; muchos de ellos tendrán su base científica y otros estarán basados únicamente en ese conocimiento o tradición popular; de una u otra manera tendrán su explicación que nos convencerá más o menos.

No creo que el comportamiento del petirrojo sea algo casual y que, al igual que en otros casos, como el de las golondrinas, por ejemplo, tendrá su explicación…y yo voy a  seguir buscándola.



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